miércoles, 10 de noviembre de 2010

LA MUSA

¡Qué preciosa es la musa!
con su pantalón negro y su larga blusa,
le coquetea al sol en el día
y a la luna llena en la noche fría.

¡Qué preciosa es la musa!
con sus labios rojos,
sus mejillas rosadas
y el brillo galáctico en sus ojos.

 ¡Qué preciosa es la musa!
en el arco iris del atardecer
embriaga con su aroma
de bella mujer.

En los momentos de soledad,
en esos instantes de nostalgia y frialdad,
pienso en ella a la orilla del mar,
la recuerdo y empiezo a llorar,

y grito con todas  mis fuerzas
tratando de olvidar las melancolías y tristezas:
¡qué preciosa es la musa!
el olvido mi alma rehúsa.

1 comentario:

Win dijo...

Este poema es muy especial e importante para mí, puesto que es el más antiguo que conservo, los primeros se perdieron en las libretas que papá me regalaba para dibujar, en hojas sueltas que quedaron regadas por ahí, perdidas en algún lugar o simplemente ya destruidas. No recuerdo muy bien la fecha en que lo escribí, pero debió ser entre los 12 y los 14 años.